LUIS DE LA CRUZ Y RÍOS

Puerto de la Cruz (1776) / (1853)

“Retrato de la reina María Josefa Amalia de Sajonia”, 1829

225 x 159 cm

Óleo sobre lienzo

Firmado y fechado en el lateral izquierdo “Dn. Luis de la Cruz y Ríos lo pintó año de 1829”
Procedencia:
-Colección Marqueses de Casa Argudín; Madrid
-Colección particular
Exposiciones:
Rodríguez de Rivas, M., “Luis de la Cruz y Ríos”, Museo Romántico, Madrid, 1952.
Bibliografía:
Hernández Perera, J., “Los retratos reales de Luis de la Cruz y Ríos”, Anuario de Estudios Atlánticos, nº. 1, 1955, págs. 201-254. Reproducido en pág. 231, lám. VII.
 
Estamos ante un importante retrato de la reina consorte de España, María Josefa Amalia de Sajonia Borbón-Parma (Dresde, Alemania, 1803-Aranjuez, Madrid, 1829). La representada figura de pie, en un ambiente palaciego, entre un gran sillón estilo Imperio y una mesa cubierta con tapete de terciopelo rojo sobre el que reposa la corona real. Viste un elegante vestido largo de seda blanca y gasa con bordados de hilos de oro en la parte baja de la falda y lleva unos guantes largos (uno de ellos quitado), en el mismo color. Complementan su indumentaria el rico tocado (compuesto de plumas, flores, perlas y espigas de trigo), un collar, una pulsera y unos pendientes de chatones (elaborados todos ellos con perlas), y las correspondientes distinciones como la banda y la cruz de la Orden de María Luisa. En su cinturón luce un camafeo orlado de perlas con el retrato de su esposo, el monarca Fernando VII, y lleva capa azul bordada.
Este lienzo está considerado como uno de los mejores retratos cortesanos realizados por Luis de la Cruz y Ríos, pintor de cámara de Fernando VII. Fechado en 1829, es sin duda uno de los últimos que se hicieron de la soberana en vida, puesto que falleció el 18 de mayo del mismo año. Formó pareja, según Hernández Perera, de un Retrato de Fernando VII en traje de ceremonia que antaño presidía el salón de música del antiguo Museo Romántico y, en esta misma institución, se pudo contemplar cuando se organizó la gran exposición dedicada al pintor del año 1952, que conmemoraba el primer centenario de su muerte.