JUAN SARIÑENA

(1545) / Valencia (1619)

"San Luis Beltrán"

Óleo sobre lienzo.

Procedencia: Valencia, antigua colección de los Condes de Parcent; Madrid, colección particular.
 
Bibliografía: - EL QUEXIGAL. La casa y su contenido, propiedad de la familia Hohenlohe que será subastada por Sotheby Parke Bernet & Co. Sucursal en España, Madrid, 1979, n.º 24 (como obra de Valdés Leal); Puig Sanchis, I. y Franco Llopis, B., “Juan de Sariñena y Luis Beltrán, dos iconos de la espiritualidad en el arte valenciano: apreciaciones a propósito del lienzo conservado en el Museo Ibercaja-Camón Aznar de Zaragoza, Archivo de Arte Valenciano, n.º 95, 2014, pp. 31-46, fig. 8.
 
Juan Sariñena fue una figura de importancia capital en el desarrollo de la pintura valenciana del Barroco. Su aprendizaje en Roma, entre los años 1570 y 1575, le permitió empaparse de las diferentes corrientes que confluían en la ciudad durante aquellos años, como el manierismo miguelangelesco o la pintura reformada, rompiendo con su estilo novedoso con la tradición joanesca que seguía perpetuada por los numerosos seguidores del célebre Juan de Juanes.
Desde el año 1579 hasta su muerte en 1619, Sariñena ocupó un lugar hegemónico en la ciudad de Valencia, en la que llegaría a ocupar el cargo de Pintor de la Ciudad y recibir los encargos más importantes por parte del clero, la nobleza y las clases dirigentes, siendo su empresa más notable la decoración mural de la Sala Nova de la Generalitat. Aquí, junto a otros pintores por él elegidos, se encargó de retratar a los diversos estamentos que componían los órganos de gobierno de dicha corporación, todos ellos retratados “al vivo”. Este conjunto, así como los diferentes retratos que realizó por encargo del Patriarca Juan De Ribera con destino a su Colegio de Corpus Christi, le valieron la fama de excelente retratista.
Un magnífico ejemplo lo encontramos en esta pintura que representa a San Luis Beltrán. Gracias a la localización de una fotografía en el Archivo Mas (n.º digital: 02872003) sabemos que se trata de una obra que perteneció a la colección de los Condes de Parcent, confirmando su procedencia valenciana. Sabemos que en el año 1979 la obra se encontraba en la finca el Quexigal, propiedad de la familia Hohenlohe, y fue puesta a la venta por la casa de subastas Sotheby's como obra del pintor Valdés Leal. El número 372 que aparece sobre lienzo y bastidor en el reverso, probablemente haga referencia a uno de los inventarios de esta colección.
La figura del santo sigue puntualmente el modelo pintado por Sariñena en 1584 por encargo del Patriarca Juan de Ribera, por el que cobró la cantidad de 70 reales. En la pintura encontramos la típica pincelada de Sariñena, de trazo suelto, a la veneciana y su paleta cromática de vivos colores. Las facciones de la cara del santo son las mismas que las del retrato ejecutado para el Patriarca Ribera mostrando su rostro enjuto de pómulos extremadamente marcados, que Sariñena tomó directamente del natural en el lecho de muerte del santo por encargo de la comunidad de religiosos dominicos. Las manos poseen el tratamiento peculiar que les confiere el pintor y se muestran finas, alargadas y carentes de articulación sin mostrar marcas de venas ni tendones, haciendo el efecto que se ha denominado “de guante vacío”. A diferencia de la obra conservada en el Colegio de Corpus Christi, esta pintura posee un paisaje de fondo y se completa con una inscripción que refuerza el sentido de “vera efigies”, como verdadera representación de la imagen del santo, recordando su fecha de nacimiento el 1 de enero de 1526 y la de su óbito el 9 de octubre de 1581.
 

117 x 90 cm.