FRANCISCO QUESADEZ

(Activo en Valencia en la segunda mitad del siglo XVII)

"San Antonio de Padua y el milagro del pie reinjertado" 1669

Óleo sobre lienzo.

 
Bibliografía:
 
- Pérez Sánchez, A.E., "Jerónimo Jacinto de Espinosa (1600-1667)", catálogo de exposición, Generalitat Valenciana, Valencia, 2000, p. 62.
- Marco García, V., "Pintura barroca en Valencia (1600-1737)", CEEH, Madrid, 2021, pp. 349-350, fig. 115.
 
El pintor Francisco Quesadez sigue siendo una de las figuras más enigmáticas de la pintura valenciana del Barroco. De su perfil biográfico se conoce muy poco, desconociéndose el lugar y la fecha de su nacimiento, así como la de su defunción, que suponemos ocurrió en el Reino de Valencia. Marcos Antonio de Orellana lo incluyó en su obra dedicada a las biografías de artistas valencianos (Orellana, ed. 1930, pp. 489-490) recordando que su actividad principal fue el grabado aunque practicó también la pintura en alguna ocasión. En la Biblioteca Nacional se conservan una decena de estampas firmadas por este artista, que demuestran sus grandes dotes a la hora de elaborar composiciones de temática religiosa y también en el género del retrato, como se aprecia en la de Pedro Álvarez Osorio, Marqués de Astorga.
 
Estas excepcionales aptitudes también se pueden contemplar en este fantástico lienzo, que es considerado su pintura más emblemática. La obra está firmada y fechada con caracteres griegos, un dato que nos permite intuir que el artista poseía cierta erudición y cultura literaria. En los aspectos formales, Quesadez muestra una gran influencia de la producción madura de Jerónimo Jacinto de Espinosa, aunque su paleta cromática es mucho más variada y de tonalidades más brillantes. También es notable su interés en la representación de elementos arquitectónicos, creando un notable efecto de profundidad en diferentes planos sucesivos que le permiten dar cabida a diferentes secuencias narrativas del mismo episodio de la vida del santo protagonista. Por último, destaca en la pintura su pericia a la hora de representar las flores, mostrando unos amplios repertorios botánicos en la hermosa guirnalda con lazos que exorna y anima la escena en su parte superior.
 
La pintura también resulta interesante desde el punto de vista iconográfico, al representar un episodio de la vida de san Antonio de Padua de escasa difusión. Según la tradición, un hombre de Padua llamado Leonardo dio una patada a su madre y fue reprobado por el santo. Arrepentido y lleno de remordimiento se cortó el pie. La noticia se extendió por la ciudad y llegó a oídos del san Antonio de Padua. Éste, después de una oración y tras hacer el signo de la cruz, le reinjertó el pie amputado obrando un milagro que contemplaron todos los allí presentes.
 
La escasez de obras del pintor, la enjundia de su composición, su calidad técnica y su original iconografía, convierten a esta pintura en una pieza clave dentro de la historia de la pintura valenciana del Barroco.

269 x 163 cm.