JUAN DE VALDES LEAL

Sevilla (1622) / (1690)

"Cabeza de san Juan Bautista", c. 1670-1675

Óleo sobre lienzo.

La obra que aquí se muestra recuerda el trágico desenlace del pasaje bíblico en el que Salomé, instigada por Herodías, bailó y convenció a Herodes para que le sirviera en una bandeja de plata la cabeza del Bautista. La fatal consecuencia de dicho episodio se manifiesta en el lienzo mediante una imagen de gran impacto visual que, en la retórica del Barroco, contenía también un importante trasfondo moral y reflexivo en el que se entremezclan varios temas como el desamor, los celos, la intriga, la venganza, el incesto, la lujuria y el tópico de la mujer como instigadora del pecado.
 
Las cabezas de santos cortadas, como las de san Juan Bautista, fueron un tema recurrente en la pintura barroca española, especialmente en la escuela sevillana. Sebastián de Llanos Valdés (c. 1605-1677) y sus imitadores abordaron esta temática en varias ocasiones; pero en esta pintura se reconoce el inconfundible estilo y la técnica de Juan de Valdés Leal. La supremacía del color sobre el dibujo, el personalísimo tono rojo del manto, los brillos de blanco de plomo sobre el metal de la bandeja y del cuchillo, la rústica textura de la cruz de caña, la manera de construir la carnación del rostro, el cabello confundido con la profundidad del fondo negro, el nimbo apenas sugerido con una delgada y breve línea curva y la fluidez de la filacteria, que parece derramarse como una cascada dentro de la bandeja, nos hablan de la maestría que en estos años había alcanzado el artista sevillano.
 
Al margen de todo ello, merece la pena destacar su relación con el dibujo del mismo tema que se conserva en el Kunsthalle de Hamburgo que debió de ser preparatorio; uno de los pocos seguros de su mano y que, hasta ahora, se vinculaba a la obra del Carmen Calzado de Córdoba y con una cronología anterior. En el ángulo inferior derecho presenta un antiguo número de colección que no ha podido ser identificada, con numeración arábiga en blanco (n.º 78).
 
Todos estos datos unidos al notable marco de la época que posee y su buen estado de conservación, convierten a esta pintura en una importante novedad dentro de la producción de este artista sevillano fundamental para la historia del arte español del Siglo de Oro.
 

45,5 x 62 cm.