LUIS TRISTAN

Toledo (1585) / (1624)

"San Onofre"

Óleo sobre lienzo.

Bibliografía: - Redondo Cuesta, J., “Los años dorados de Tristán”, Ars Magazine: revista de arte y coleccionismo, n.º 43, 2019, pp. 110-118.
 
Luis Tristán fue una de las figuras más importantes de la pintura toledana a comienzos del siglo XVII. En su formación influyó notablemente la pintura del Greco, pues consta que trabajó en su taller como aprendiz; pero también una enriquecedora estancia en Italia en la que conoció de primera mano el naturalismo caravaggista. Su obra se decantará entre ambos estilos como se aprecia en este magnífico san Onofre ermitaño que, con su fuerte impronta naturalista, emerge de la oscuridad mediante un magnífico estudio de luces y sombras.
 
Esta pintura ha sido recientemente atribuida al pintor por José Redondo Cuesta en un extenso artículo, publicado en la revista Ars Magazine. Con su característico tono de piel tostado y su fisionomía muscular habitual, el autor destaca en esta obra la manera en que Tristán “capta magistralmente la degradación que sufre la anatomía humana sometida a la senectud y a los rigores de la penitencia”.
 
Aunque es cierto que el pintor interpreta de una manera casi fotográfica los rasgos físicos del santo ermitaño, su figura está imbuida de una serena gravedad y una profunda espiritualidad, mostrando al santo absorto en su meditación, con la mirada perdida y reflexionando con un cráneo en su mano y el libro abierto que quizá esté aludiendo a la Regla de San Antonio Abad. Caracterizado como un anciano de barba y cabellos blancos, oculta su completa desnudez con hierbas del desierto que, según la tradición, ceñía a su cintura.
 

78 x 64,5 cm.