VICENTE CASTELLÓ

(Activo en el Reino de Valencia c. 1586 - c. 1636)

"Expulsión de los mercaderes del Templo"

Óleo sobre lienzo.

 
Bibliografía de referencia: - Marco, V., Pintura Barroca en Valencia (1600 - 1737), CEEH, Madrid, 2021, pp. 166-173.
 
Esta imponente obra, totalmente inédita, es un magnífico ejemplo de la producción de Vicente Castelló, cuñado de Juan Ribalta y yerno por tanto del célebre Francisco Ribalta. Su producción, hasta la década de los ochenta del siglo pasado, había quedado englobada dentro de la de Francisco Ribalta, como ocurre con esta pintura que, hasta este momento se había atribuido a este artista.
 
Al contemplar este lienzo lo primero que llama la atención son las evidentes dependencias bassanescas que Vicente Castelló conoció en Valencia de la mano del pintor Pedro Orrente, conocido como “El Bassano español”. En su producción, fueron muy abundantes este tipo de obras en las que los temas bíblicos se encuentran tratados como obras de género. Castelló fusionó la técnica ribaltesca con ese lenguaje orrentesco en esta Expulsión de los mercaderes del Templo; una obra dotada de un gran dinamismo en la que multitud de personajes aparecen acompañados de animales y objetos en una ambientación de tono cotidiano. La ejecución de esta pintura, por tanto, debe situarse en la última etapa de su carrera en la que, muertos los Ribalta en el año 1628, el pintor estuvo la cabeza de su importante taller.
 
La esmerada técnica que alcanza Castelló en este lienzo, tanto en las caracterizaciones pormenorizadas de los rasgos fisionómicos de los personajes y sus complicados y atrevidos escorzos, así como en la representación de los animales (bóvidos y bovinos) permiten relacionarla con una parte importante de su producción, especialmente, con la pareja de pinturas que pertenecieron a la antigua colección del Conde de Parcent y que hoy se encuentran en el museo de Bellas Artes de Bilbao representando la Adoración de los pastores y el Martirio de santa Catalina de Alejandría. Las tres obras comparten una magistral ejecución en todos sus detalles, tanto en las figuras humanas como en los animales o incluso en las calidades matéricas de los objetos y tejidos. En todas ellas están presentes sus típicos ambientes de iluminación crepuscular, ejecutando un tipo de composición enfática y plagadas de figuras en atrevidos escorzos y a diferente escala para sugerir la profundidad de la escena.
 
Esta composición debió de gozar de un éxito considerable en su época puesto que se conocen diferentes versiones, todas ellas de peor calidad como, por ejemplo, la recientemente aparecida en el comercio madrileño (Fernando Durán, subasta del 29 de diciembre de 2022, lote 645).
 

140 x 180 cm.